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Instalan tendedero en el Tec de Monterrey para visibilizar casos de acoso.

Este miércoles se llevó a cabo una manifestación a las afueras del campus del Tecnológico de Monterrey, ubicado sobre la Vía Atlixcáyotl en la ciudad de Puebla. La protesta estuvo encabezada por alumnas, profesoras y padres de familia, quienes exigieron justicia ante lo que describieron como una serie de abusos cometidos por altos funcionarios académicos. El objetivo principal de la manifestación fue denunciar al director de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño, Omar “N”, quien fue señalado por varios casos de acoso sexual y violencia hacia las estudiantes y personal académico.

Los manifestantes, quienes portaban pancartas y consignas, aseguraron que la institución ha sido negligente en la atención de estos casos y que, lejos de sancionar a los involucrados, ha optado por brindarles protección. En este sentido, también se hizo público el caso de Álvaro “N”, profesor de tiempo completo en la misma facultad, quien fue acusado de ejercer violencia y acoso sistemático contra varias alumnas. Tanto Omar “N” como Álvaro “N” fueron señalados por sus presuntas conductas inapropiadas y la supuesta complicidad de las autoridades del Tec de Monterrey, quienes, de acuerdo con los manifestantes, han encubierto estos hechos por un largo tiempo.

Uno de los reclamos más fuertes durante la protesta fue la exigencia de justicia para la maestra Mericia, quien recientemente fue despedida del Tec. Los manifestantes sostienen que el motivo de su despido fue su valentía al denunciar públicamente el acoso del que fue víctima por parte de Álvaro “N”. Esta acusación ha generado gran indignación, ya que aseguran que su destitución fue un acto de represalia, más que una acción legítima.

Durante la manifestación, la maestra Mericia también alzó la voz. Aunque decidió mantener en anonimato su apellido y cubrir su rostro por temor a represalias, su testimonio fue contundente. Denunció que durante su proceso de despido fue tratada con violencia y que la institución, en lugar de proteger a las víctimas, ha sido cómplice de los agresores. Afirmó que el ambiente laboral dentro de la facultad es tóxico y que, en lugar de tomar medidas para erradicar el acoso, el Tec ha silenciado a quienes se atreven a denunciar. Su caso ha resonado profundamente entre la comunidad, quienes exigen una investigación imparcial y que se le restituya en su puesto, además de sancionar a los responsables.

La protesta se extendió por varias horas, y los asistentes manifestaron su intención de no detenerse hasta que se tomen acciones concretas contra los acusados. Exigieron que las autoridades del Tec de Monterrey respondan de manera clara y contundente ante estas denuncias, y que se garantice la protección de las víctimas de acoso y violencia. Además, pidieron que se revise el protocolo de atención a este tipo de casos dentro de la institución, ya que consideran que el actual es insuficiente y no ofrece las garantías necesarias para las víctimas.

El caso ha comenzado a generar eco en redes sociales y medios locales, donde varios exalumnos y docentes han expresado su apoyo a las denunciantes, exigiendo que se tomen medidas inmediatas. Sin embargo, hasta el momento, el Tec de Monterrey no ha emitido un comunicado oficial al respecto, lo que ha generado más incertidumbre y preocupación entre la comunidad académica.

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