Fallece reclusa en el penal de Ciudad Serdán; testimonio revela condiciones de carencia
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) confirmó el fallecimiento de una reclusa en el penal femenil de Ciudad Serdán tras casi un mes de atención en el hospital y la cárcel. Según la SSP, se le brindó asistencia médica, regresándola al penal tras su alta hospitalaria, aunque días después fue readmitida en el hospital, donde perdió la vida.
Una exreclusa del penal alzó la voz sobre las condiciones en las que viven las internas, mencionando presuntas negligencias. Relató que a una de sus excompañeras, que había padecido dolor en el estómago, se le indicó que podría tratarse del colon. Aunque las reclusas juntaron dinero para comprar medicamentos, estos fueron rechazados por la coordinadora de turno. Finalmente, la interna falleció en el hospital el domingo, al reventarse su vesícula.
La exreclusa también narró otros casos de falta de atención médica: una mujer que llegó desde el penal de San Miguel sufrió la amputación de un pie tras una infección causada por una uña encarnada que no fue atendida, y otra, de nombre Marcela, padece fuertes dolores en el pecho debido a abscesos que no han sido tratados.
Sobre las condiciones alimenticias, la exreclusa afirmó que las raciones son mínimas: medio cucharón de comida y tres tortillas por mujer, acompañadas de café o atole en el desayuno y la cena. Agregó que la falta de atención médica y el escaso suministro de medicamentos han llevado a varias mujeres a intentar quitarse la vida.
Desde la llegada de la directora Liliana Sánchez Rueda, asegura, se han impuesto nuevas restricciones. Actividades recreativas y deportivas han sido limitadas, y el suministro de medicamentos está controlado, ofreciendo solo paracetamol o diclofenaco. También denunció falta de mantenimiento en el penal, detallando que las internas deben colocar cartones en las ventanas del comedor para protegerse del polvo, sol o neblina, pues la institución no les provee los materiales necesarios. Además, acusó que la dirección del penal vende productos de limpieza a las reclusas, incluyendo jabón y cloro, como un negocio interno.