La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, defendió la invitación extendida al exsecretario de Defensa, Salvador Cienfuegos, para asistir a los festejos de la Marcha de la Lealtad en el Castillo de Chapultepec. Sheinbaum explicó que dicha invitación fue parte de un protocolo institucional y no una decisión personal. Aclaró que el evento, que conmemora un momento histórico clave en la historia de México, contó con varios invitados por su relevancia institucional, independientemente de las controversias pasadas del exfuncionario.
Este tema generó debate y críticas en los medios y la opinión pública, ya que Cienfuegos fue involucrado en un proceso judicial en los Estados Unidos, aunque las autoridades mexicanas decidieron no continuar con su investigación después de su regreso al país. La jefa de gobierno reiteró que las invitaciones a eventos oficiales se realizan en base al protocolo y no a una valoración política, lo que provocó diversas reacciones entre los sectores más críticos de la política nacional.
Esta aclaración se da en un contexto de creciente escrutinio sobre la relación entre el gobierno de la Cuarta Transformación y las figuras militares, quienes tienen un papel destacado dentro de la administración actual.
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